Míriam Bonastre, la creadora de ‘Hooky’, sobre el cómic en España: “Si eras muy fan te consideraban friki”

España está todavía muy lejos de países como Japón, Corea, Estados Unidos, Francia o Bélgica en lo que a industria del cómic se refiere. Pero poco a poco, los ilustradores de nuestro país van dejando pinceladas de lo que es un sector muy prometedor también en España. Buena prueba es Míriam Bonastre.

Tiene 29 años, es catalana y acaba de poner punto final, en papel, a su trilogía de Hooky que comenzó a editar en Estados Unidos y llegó a España para revolucionar el sector. Ha vendido más de 800.000 ejemplares de sus cómics que cuentan las aventuras de Dorian y Dani, dos hermanos mellizos, magos que tienen que adaptarse al mundo de los humanos.

Hemos hablado con ella para conocer mejor su historia que puede inspirar a muchos jóvenes que intentan destacar en este sector y para acercarla más a sus lectores de todas las edades.

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Eres la autora catalana más vendida en Estados Unidos, la autora femenina más vendida en Europa en 2023… ¿qué significan estos logros para ti?

Todavía me cuesta creerlo. El trabajo de un dibujante de cómic es muy solitario. Gran parte de mi trabajo es estar encerrada en mi cuarto a oscuras con el ordenador dibujando. Cuando veo cifras o veo a firmas y veo que viene mucha gente, flipo bastante y me alegro.

Hooky te lo ha dado todo, ¿qué sientes por tu trilogía?

Desde el principio, que empecé a dibujarlo en 2015, siempre me he tomado mi historia, mis personajes, como un proyecto muy pasional con el que, ante todo, quería pasármelo bien dibujándolo y creo que a día de hoy es lo mismo. Sí que es verdad que cuando terminé de dibujarlo en 2020 estaba con ganas de hacer otra cosa. Pero ya han pasado cuatro años y ahora incluso, seguiría dibujándolo porque son personajes a los que quiero mucho.

Pasaste unos cuantos años dibujando a estos personajes, ¿cómo fue despedirte de ellos?

Estuve cuatro años y medio dibujándolos y cada semana sacaba un capítulo nuevo porque originalmente se publicó en Webtoon, que es una plataforma online donde salen capítulos semanales. Cada semana colgaba un capítulo de 30 40 o 50 viñetas durante cuatro años y medio y fue muy chulo no solo poder explicar la historia que yo quisiera sino compartir esto a tiempo real con los lectores. Era muy guay vivir a la vez que ellos la historia. Despedirme de ellos fue… un poco de pena siempre da, pero también había mucha satisfacción porque al final era la primera historia larga que había empezado y terminado y la respuesta del público fue muy satisfactoria. Pero creo que no me he despedido del todo de ellos porque desde que acabé hasta ahora he hecho mucho material promocional, mini comics, contenido extra, no he parado de dibujarlos.

Una entrega semanal. Eso es mucho trabajo.

El mundo del cómico es muy exigente para el artista. Normalmente lo hacemos todo, escribimos el guion, hacemos los bocetos, los pintamos, los coloreamos. Hay mercados donde se divide más el trabajo, por ejemplo, en Estados Unidos el guionista y el dibujante son personas distintas y el colorista es otro. O en Francia. Pero en caso de Webtoon, lo común es que uno lo haga todo y es una entrega semanal. Es mucho curro, pero yo dibujo rápido.

En algún momento tuviste que odiar a esos personajes.

Aunque Webtoon es una plataforma coreana, yo trabajaba para la oficina de Los Ángeles y están en otro horario, así que yo entregaba de madrugada. Cada semana el día de la entrega estaba hasta las cuatro o las cinco con ojeras, pasándolo fatal, pero era un día a la semana.

De este tercer y último tomo, ¿qué destacarías?

Creo que es muy distinto a los dos primeros. Los personajes han crecido, hay un salto temporal de tres años y ya no son niños, son adolescentes. Eso es muy distinto. El primero es más alegre y naïf, el segundo es bastante más oscuro y el tercero tiene como lo mejor de dos mundos. Tiene oscuridad, pero al ser el final de la serie, no quiero spoilear, pero no es todo oscuro. La mayoría de lectores han dicho que el final le llegó a la patatita.

¿Cómo ha sido convertir a Dani en un personaje tan oscuro?

Me gusta el drama, me gusta lo dark. Los lectores en Webtoon, eran más adolescentes y luego, al pasarlo al papel, se sumaron lectores más pequeñitos. Hooky es apto para niños y en Webtoon había que leerlo en móvil, pero muchos niños no tienen móvil. Al pasarlo a papel he tenido muchos lectores de 10 o 12 años y el tema de lo dark puede parecer que a los niños les da miedo, pero a muchos les gusta porque se sienten tratados como mayores. Me gusta el contraste de cosas cute y un poco dark y a los lectores en general, también.

Vamos a los orígenes, ¿cuándo decidiste que la ilustración era lo tuyo?

Realmente todos los niños, cuando somos pequeños, empezamos dibujando antes de escribir. Yo continué y era la típica de clase que dibujaba en todos lados. Me encantaba plástica y sacaba dieces. Toda la vida me ha gustado mucho dibujar en general y los cómics en particular. Cuando vas a cuarto de la ESO te planteas qué hacer con tu vida. Vivir de dibujar no lo veía, tenía que buscarme un trabajo que me permitiera contar historias y vivir de eso y pensé en estudiar bachillerato humanístico y luego Periodismo. Pero mi madre y mi profesora de latín me animaron a estudiar bachillerato artístico. Y luego llegaron las dudas sobre si estudiaba Bellas Artes o animación que también es una carrera muy común para la gente que le gusta el manga y los cómics. Descubrí la escuela Josso en Barcelona, enfocada al cómic. Los profesores son todos del sector y me fui de cabeza. El comic era un hobbie que había mantenido durante toda mi vida. Quise intentarlo.

Eras ya lectora de cómic desde pequeña, imagino, ¿cuáles eran tus favoritos?

Mucho. De pequeñita empecé leyendo lo que pillaba en casa de mis padres, en plan, Zipi y Zape, Mortadelo y Filemón, Esther y su mundo de mi madre. Luego también cogía Cónan, el Bárbaro, de mi padre, que no era de mi edad, pero lo leía igual. Y veía mucho anime en la tele. Cuando tenía mis ahorrillos, me empecé a comprar mis propios cómics que eran de manga. Me compré Sakura, la cazadora de cartas, Sailor Moon, me gustaban las chicas mágicas porque me gusta mucho la fantasía y las chicas mágicas. Manga muy de magia.

Luego estudias para dedicarte a ello y caes en Webtoon, ¿con qué expectativas empezaste a publicar de manera digital?

Webtoon originalmente es una plataforma coreana, y consiste en leer cómics en el Smartphone. En lugar de estar en formato página, son como tiras muy largas y vas haciendo scroll hacia abajo. No lo conocía porque yo era de leer en manga, pero mi mejor amiga era muy de la cultura coreana, el K-Pop, los K-dramas y la comida, que en aquel momento estaba empezando a estar de moda y llegó lo de los webtoons. Coincidió dos meses después que Webtoon quería expandirse en Estados Unidos y organizaron un concurso a nivel mundial buscando nuevos talentos internacionales. El premio eran 30.000 dólares y un contrato con ellos. Me presenté con Hooky. No gané el premio, pero le cogí el gustillo a la plataforma porque había mucho lector y tenía gente comentándome y seguí dibujando dos meses más. Al cabo de ese tiempo me llegó el mail de Webtoon diciendo que les gustaba mi historia y me querían contratar. En 2015 empecé a colgar mi trabajo en el apartado oficial de Webtoon y hasta 2020.

Luego pasas a papel, ¿cómo fue el proceso?

En 2019 fui por primera vez a Estados Unidos que no había ido en cuatro años a conocer a mis lectores ni a mis editores. Fui en agosto a un evento de cómic y fue la primera vez que tuve contacto físico con los lectores y el editor que me dijo que había una editorial americana interesada en publicar mi cómic. Eso fue en verano y en 2020 me lo pasé entero encerrada en casa trabajando en la versión en papel, tenía que transformar las tiras en formato página. Me pasé toda la pandemia currando y en septiembre de 2020 salió en Estados Unidos el primer volumen. Todavía existe la idea esta de que para ser un autor real tienes que haber publicado libros físicos. Tenía esas trabas mentales y me emocionó mucho. Yo llevaba años viviendo del cómic, pero al publicarlo en papel fue más real y me empezaron a invitar a eventos y firmas. Realmente cambiaron las cosas.

Publicaste primero en Estados Unidos y luego llega a España, ¿fue otro cambio?

Primero firmé en España porque Hooky se publicó en Estados Unidos, pero no podía viajar. El primero en España se publicó en 2022 y lo vi antes en España. Yo no me esperaba público tan pequeñito, estaba acostumbrada a adolescentes y, de repente, me venían niños de ocho añitos. Muy guay, pero no me lo esperaba.

¿Y esos niños llegan a entender la historia?

Sí porque Hooky no es difícil. No pensaba que fuera a ser para niños, dibujaba algo que a mí me hubiera gustado ver con 14 o 15 años y ahora, depende de la edad que tengan, interpretan cosas distintas. En Hooky hay romance bastante cute, hay besitos. No es para mí que lo haya en contenido infantil, pero no sé si ahora es menos común, pero el otro día vinieron a una firma unas niñas de diez años que decían que era su libro favorito porque es el primer libro que leían con besos. Y niñas de ocho años me dijeron que qué asco, que había demasiados besos. Me gusta esos distintos puntos de vista.

Porque, ¿de dónde salen Dorian y Dani?

Los dibujé por primera vez en 2014 de forma casual. Estaba haciendo un reto online que se hace cada año en octubre y los dibujantes tienen que hacer cada día un dibujo con tinta, sencillo, con una temática común. el día 19 hice dos brujitos muy sencillos y me gustaron. Los seguí dibujando en ese mes de octubre y empecé a pensar en sus personalidades. Coincidió con lo de Webtoon y surgió de una manera muy orgánica. No lo tenía pensado de antes, me gustó el diseño de personajes y en cosa de tres meses tuve la historia a grandes rasgos pensada y me lancé a la piscina.

¿Y en ese tiempo estabas muy metida en Harry Potter o Miyazaki?

Son referencias mías de la infancia. El primer libro de Harry Potter lo leí con siete años, era lectora muy precoz y el último lo leí con 14. Crecí con los personajes y me gusta mucho. Era muy fan y de Ghibli también, había visto muchas películas de pequeña. Yo creo que Hooky bebe un poquito de todo eso que yo veía o leía de pequeñita.

También hay referencias a cuentos clásicos, ¿para conectar mejor con los más pequeños o por qué?

Quizás influencia de Disney, no estoy segura, pero me parecía divertido poner referencias de cuentos clásicos que todo el mundo conocido para darle un feeling más de cuentos de hadas porque es un mundo de fantasía un poco borroso. Hay príncipe, princesas y dragones, pero a la vez van en autobús a la escuela y quería poner cuentos clásicos para meter un ambiente más onírico y de cuento de hadas.

Después de muchas aventuras, en este cierre tienen que decidir quiénes quieren ser y en qué mundo quieren vivir. Hay gente que en toda una vida no lo averigua.

Con 16 años nosotros también decidimos en el bachillerato. Es porque al final Hooky empieza con personajes muy jovencitos, tenían 12 años, que han estado recluidos toda su infancia porque sus padres tenían miedo al mundo exterior y la historia empieza con ellos abriéndose al mundo y es un poco un cómic de cómo pasar de la infancia a la adolescente. Me pareció que era cute acabando la historia encaminados a la adultez. Algunos toman decisiones y otros, de momento, no.

¿Cuánto hay de tu proceso de crecimiento en esta historia?

Muchos de los conflictos internos que tienen los personajes son cosas que yo he sentido o amigos míos cercanos, son vivencias muy comunes. Muchos personajes tienen mucho de mí y del entorno, aunque sea fantasía, porque pones tu propia visión del mundo y tu experiencia vital.

Cuando te dicen que has vendido más de 800.000 ejemplares de tu cómic, ¿qué piensas?

Es difícil asimilar, mola mucho. Son muchas personas, espero que les haya gustado.

¿El cómic está suficientemente valorado en nuestro país?

En España todavía nos cuesta. Cuando estudiaba en la escuela nos contaban que había tres mercados principales. Japón que es muy hermético, es difícil entrar si no eres japonés. Estados Unidos, que está muy automatizado con los superhéroes y las grandes empresas de Marvel y DC. Y el franco belga que me parecía el más accesible para mí porque hay de todo. En Francia está considerado como otro lenguaje literario con géneros para todos. Aquí se ve como algo infantil o friki, se ve muy de adolescente o de niños, pero también hay historias para adultos y muy interesantes que están en este formato.

Aunque el manga nos lleva irremediablemente a Japón, lo cierto es que la cultura coreana se ha impuesto en el mundo, ¿lo has notado mucho en tu sector?

Sí, yo cuando era pequeña y adolescente estaba bastante de moda el anime y el manga, pero si eras muy fan te consideraban friki. En cambio, ahora está más normalizado. Los adolescentes leen mucho manga y ven mucho anime. Hay algunos mangas que son guays, en plan vintage o de terror, si son de los 80 o los 90, puedes ser una persona guay y leerlos. Pero, por ejemplo, si ves todos los animes que salen en la temporada ya eres friki. Pero está más normalizando que ante y la cultura coreana no es friki. Yo creo que la gente que disfruta de la cultura coreana está más relacionada con el K-Pop y con los jóvenes que visten muy bien y son muy cutes. Barcelona está lleno de restaurantes japoneses y coreanos, entras al Bershka y suena Blackpink. Creo que está más normalizado.

¿Tú te has enganchado al K-pop o los K-dramas?

A los k-dramas no porque no soy mucho de ver series, hay muchas, no me da la vida. Todavía hay muchas series occidentales que tengo por ver. Pero al K-pop sí, No soy fanática, pero hay muchos grupos que me gustan como Twice, Blackpink. Me gustan sobre todo los grupos de chicas. Cuando era adolescente me gustaban los de chicos, pero creo que no era por la música. Ahora me gustan más los de chicas.

¿Tú escuchas música cuando trabajas?

Sí, sobre todo me va muy bien cuando escribo escuchar música que encaje con el tono de la escena que estoy escribiendo, aunque es verdad que me pasa mucho que mi cerebro está brain roted por las redes sociales y me hago mucho multitask y me pongo mucho podcast y youtubers y estoy intentando alejarme de eso porque distrae. Intento ponerme música sin letra para meterme más en el dibujo.

¿A qué sonaría Hooky?

Me pongo muchas bandas sonoras de Ghibli o de videojuegos cute en plan Zelda.

Estuviste trabajando también en el diseño de personajes para la serie Virtual Herode ElRubius, ¿cómo fue aquella experiencia?

Fue muy guay por el hecho de salir de mi cuarto porque iba a la oficina a trabajar. No trabajé directamente con ElRubius, coincidí con él un par de veces, pero era guay el hecho de trabajar con un equipo. Me gustaba tener compañeros de trabajo. Iba cuatro horas por la mañana. Había una diseñadora de personajes que era Lolita Aldea, que fue la que dibujó los cómics de Virtual Hero y ella pasaba un dibujo de un personaje y yo lo desglosaba con diferentes puntos de vista para que los animadores pudieran hacer su trabajo. No era un trabajo muy creativo, a mí me gusta más dibujar mis cosas, pero, por otro lado, me gustaba compartir espacio y tiempo con otros artistas. Estrenamos la serie en Sitges que fue muy guay. Verlo en pantalla grande era bastante impactante.

Después de ver One Piece llevado a una serie con personajes reales, ¿te has planteado que ocurra lo mismo con Hooky?

Creo que Hooky encaja más en animación. Siempre que me imagino la adaptación me imagino una serie de dibujos o una peli de dibujos. Pero nunca digas nunca. Con One Piece ha quedado muy bien, pero es el primero que ha quedado muy bien. Se han hecho muchas adaptaciones de manga a imagen real y han sido desastrosas. Soy bastante fiel a la animación. Soy muy fan de Avatar, la leyenda de Angy la animación es espectacular y las dos adaptaciones que han hecho se quedan muy cortas.

Ahora tienes Marionetta, ¿qué supone este proyecto para ti?

Es el nuevo webtoon que estoy haciendo. La primera temporada la terminé en diciembre y ahora estoy haciendo la segunda que no he empezado a publicar. Es también de fantasía, aunque enfocada a un público más adolescente. Espero que si se publica en papel no lo lean los niños porque es más turbia. Es una historia de fantasía sobre un circo ambulante maldito donde todos los integrantes del circo están muertos y a una chica la atropellas y se queda encerrada en el circo. Es de misterio, de descubrir cómo puede salir de ahí y por qué están encerrados. Es más oscurilla, tiene un toque muy mágico también.

Ya para acabar, ¿qué has aprendido tú con esta trilogía?

Han sido muchos años y he aprendido muchas cosas en muchos aspectos. A nivel técnico, a cómo ser mejor dibujando y cómo ser mejor escribiendo. Como lo empecé de manera muy orgánica y para pasármelo bien, sin pensar en un público en concreto, y no me dejé influenciar y eso me ha permitido disfrutar de la historia. No me ha pasado eso de dejar de disfrutar de mi hobbie cuando se ha convertido en trabajo y es porque siempre lo he hecho desde la pasión sin obsesionarme por las cifras y las críticas y es algo que trataré de mantener en todos mis proyectos.

Coges la primera y la última viñeta de Hooky, ¿y qué?

Las primeras son terroríficas. En el principio de Hookyel dibujo está fatal y mejoré mucho, pero hay cosas que he aprendido con eso. Hay muchos aspirantes que quieren ser perfectos antes de empezar a publicar y nunca publican porque nunca van a ser perfectos. Tienen miedo a las críticas, pero en mi caso, con Hooky, aunque los primeros capítulos podían ser más feos, a los lectores les gusta ver la evolución del dibujo. La evolución del artista al lector le gusta también, así que los aspirantes que no tengan miedo de publicarlo.